Qué hacemos

La Fundación María Gracia, se inició en Mayo de 1987 con el propósito de ayudar a salvar la vida de niños de muy escasos recursos, asilados en las terapias intensivas de los hospitales públicos. Pero a medida que fue pasando el tiempo se notó que todas las áreas del hospital Francisco de Icaza Bustamante, (el más grande de la costa ecuatoriana) también requerían de ayuda, por lo cual decidimos tomar a cargo las salas de infectología y neonatología.

Lo que empezamos a hacer… las necesidades eran tantas que comenzamos por poner equipos de aire acondicionado en la terapia intensiva. Los niños que se debatían entre la vida y la muerte, estaban encerrados en un área con un calor insoportable, que no permitía una idónea recuperación.

Con la realización de diversas actividades como colectas públicas y otras que también dependían del apoyo y generosadidad de la ciudadanía, pudimos comprar un gasómetro, equipo imprescindible para medir los gases (ventilación) de un paciente; se contrataron tecnólogos para hacer esos exámenes; se compró un equipo de rayos x (no había en el hospital); y 2 respiradores artificiales con sus respectivos compresores que permitieron salvar las vidas de los menores que necesitaban respiración asistida.

La fundación llegó al hospital en momentos en que los médicos lo único que tenían para salvar la vida de un niño, eran sus manos. Por lo cual nunca dejamos de trabajar y hacer lo absolutamente necesario para poder suministrarles a los pequeños pacientes, medicinas, exámenes de laboratorio, alimentación intravenosa, equipos quirúrgicos, válvulas para hidrocefalia, sillas de ruedas etc.

Con el pasar del tiempo, fuimos evidenciando nuevas carencias fuera de las áreas que veníamos asistiendo. Existían las mismas necesidades de ayuda inmedita para evitar que los niños agravaran y fueran a parar en terapia intensiva.

Una situación igual de compleja vivían y viven los padres de los niños asilados. Ellos salen de sus casas con lo que tienen puesto, sin dinero para comer ni ropa para vestirse; por esto, para ellos creamos un comedor que lamentablemente dejó de funcionar porque el hospital necesitaba esa área para dormitorios de médicos. El hospital consideró más importante que los médicos con guardia en la noche tuvieran un lugar para dormir, a que los padres reciban una comida al día. (Cosas de nuestro país).

Han pasado 32 años y en la fundación hemos contado siempre con la ayuda de la comunidad para realizar trasplantes de órganos, que no se hacen en Ecuador, y logrado salvar la vida de miles de niños que estaban condenados a morir.

En Fundación María Gracia nuestra ayuda llega hasta donde los recursos lo permiten: proveer de ropa a niños y padres, asistir a brigadas médicas en zonas vulnerables, acudir a incendios donde las familias lo han perdido todo, y continúar en la labor diaria de mitigar en algo el dolor y angustia de los que menos tienen.

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